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Viernes, 12 de Septiembre del 2025

Las Organizaciones como redes lingüísticas

Las empresas son un claro ejemplo del poder del lenguaje y de las conversaciones. Sin lenguaje, no podríamos construir Organizaciones. Es en las conversaciones donde las empresas se constituyen como unidades particulares y, también, donde aseguran su existencia en el entorno. Cada persona está ligada a la Organización por medio de compromisos específicos, y es responsable de cumplir con ciertas condiciones de satisfacción.  La estructura organizacional está construida como una red de promesas mutuas (en sus diferentes dominios: producción, ventas, marketing, etc.) y eso es lo que le permitirá cumplir sus propias promesas como entidad en el mercado. 
El trasfondo compartido dentro de una Organización es producto de un hilado permanente de conversaciones, donde la identidad personal de cada integrante se funde y entremezcla con la identidad de la Organización. Esa identidad que se genera en ella, trasciende a sus miembros individuales. Aunque la cultura organizacional se desprende de los valores, creencias, misión y visión de sus fundadores y de su cumbre  estratégica, Apple va más allá de Steve Jobs, Ford excede a Henry Ford y así podríamos seguir con cada uno de los ejemplos que nos rodea a diario. Si queremos comprender a una empresa, debemos examinar las conversaciones que la constituyeron en el pasado y las que la constituyen en la actualidad.
Las competencias comunicativas de una empresa determinan, en alto grado, su éxito o su fracaso. Tal como venimos mencionando, una empresa es un sistema lingüístico, y todo lo que ocurre en su interior puede ser examinado desde la perspectiva de sus conversaciones.